La cibernética empezó proscrita en la URSS de Stalin, cuando las ideas y las posturas incluso científicas se interpretaban como posicionamientos políticos dentro de las luchas burocráticas del partido. El siguiente texto es una muestra de la temprana virulencia contra la cibernética, que hoy entenderíamos como informática e inteligencia artificial, durante esos años.
CIBERNÉTICA1 (de otras palabras griegas que significan dirección, gerencia): pseudociencia reaccionaria que surgió en los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y se generalizó en otros países capitalistas; forma de mecanismo moderno. Los partidarios de la cibernética la definen como una ciencia universal sobre las conexiones y las comunicaciones en la tecnología, sobre los seres vivos y la vida social, sobre la “organización universal” y la gestión de todos los procesos en la naturaleza y la sociedad. Por lo tanto, la cibernética identifica relaciones y patrones mecánicos, biológicos y sociales. Como cualquier teoría mecanicista, la cibernética niega la originalidad cualitativa de las leyes de diversas formas de existencia y desarrollo de la materia, reduciéndolas a leyes mecánicas. La cibernética ha surgido sobre la base del desarrollo moderno de la electrónica, en particular las últimas máquinas de cálculo de alta velocidad, automatización y telemecánica. En contraste con los antiguos mecanismos de los siglos XVII-XVIII, la cibernética considera los fenómenos psicofisiológicos y sociales por analogía, no con mecanismos más simples, sino con máquinas y dispositivos electrónicos, identificando el trabajo del cerebro con el trabajo de la máquina contadora, y la vida social con el sistema de comunicaciones eléctricas y de radio. En esencia, la cibernética está dirigida contra la dialéctica materialista, la fisiología científica moderna, fundada por I. P. Pavlov (ver), y la comprensión marxista y científica de las leyes de la vida social. Esta pseudociencia metafísica mecanicista convive perfectamente con el idealismo en filosofía, psicología y sociología.
La cibernética expresa claramente una de las principales características de la cosmovisión burguesa: su inhumanidad, el deseo de convertir a los trabajadores en un apéndice de la máquina, en un instrumento de producción y un instrumento de guerra. Al mismo tiempo, la cibernética se caracteriza por una utopía imperialista: reemplazar al hombre vivo, pensante y luchador por sus intereses con una máquina tanto en la producción como en la guerra. Los incendiarios de la nueva guerra mundial utilizan la cibernética en sus asuntos prácticos sucios. Bajo la cobertura de la propaganda cibernética en los países del imperialismo, los científicos de diversas especialidades están involucrados en el desarrollo de nuevos métodos de exterminio en masa: armas electrónicas, telemecánicas, automáticas, cuyo diseño y fabricación se ha convertido en una gran rama de la industria militar de los países capitalistas. Por lo tanto, la cibernética no es solo un arma ideológica de reacción imperialista, sino también un medio para realizar sus planes agresivos.